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marcelo1306

Valores y tendencias.

Valores y tendencias. 

Sin duda que en el último tiempo hemos estado insertos dentro de una crisis de valores que han identificado la vida social. A causa de esta y otros asuntos como por ejemplo; tratar de imponerle a otros variados tipos de vida, etc., esto lleva a la discriminación y al desprecio, a las diferencias de raza, sexo, cultura, etc. Pero esto sin duda se desmorona ante algunos valores que se fueron mostrando durante el siglo pasado, como por ejemplo la relatividad del conocimiento humano, el respeto de identidad cultural, otros modos de valorar como lo es el vivir, conocer y hacer.

Sin duda el valor mas preciable es nuestra propia independencia y autonomía, como lo es la “elección personal”, tanto en el ámbito religioso o político, ya que gracias a nuestra propia capacidad de elegir de forma libre somos capaces de cuestionar, criticar, analizar a estas dos instituciones.

El hedonismo, es consentir nuestras propias ganas de consumir sin importar nada, ni siquiera cuanto hay en los bolsillo es como decir “el consumo me consume”, dentro de este espacio la publicidad cumple una función vital, esto es visible ya que el acceso a la información no está actualmente equitativamente repartida, como tampoco lo está el acceso igualitario a la capacidad intelectual para interpretar dicha información.

La desconfianza en el desarrollo científico-técnico, no me parece aceptable, ya que estas buscan la manera de salvar el mundo, dando estadísticas y resultados de los últimos descubrimientos, para dejarlos insertos en nuestra conciencia y así generar una conciencia colectiva.

La sociedad de hoy está situada en un conformismo único, la que corresponde que cada individuo esta ubicado donde está por sus méritos y capacidades.

Como objetivo prioritario en la vida social y en la práctica educativa, que aparece ante la comunidad como sinónimo de calidad, se acepta con toda na­turalidad que cualquier actividad humana debe regirse por los patrones de economía, rapidez y seguridad en la consecución eficaz de los objetivos previstos.Evi­dente que la reificación de las formas actuales de la existencia individual y social se convierte en otra caracterís­tica de la cultura social que obstaculi­za el desarrollo de la comprensión. Amparados en la ideología dominante en las sociedades actuales, que induce la idea de que las manifestaciones concretas de la realidad contemporánea en sus dimensio­nes económica, social, política e inclu­so cultural, no solo son las más ade­cuadas, sino que se convierten en ine­vitables e insustituibles.Es imparable la ascensión de la primacía de la apariencia, el poder de lo efímero y cambiante, la dictadura del diseño, de las formas, de la sinta­xis a costa de la comunicación abierta de significados, ideas, argumentos, discursos.La revolución electrónica que preside los últimos años del siglo XX parece abrir las ventanas de la historia a una nueva forma de ciudad, de configuración del espacio y el tiempo, de las relaciones económicas, sociales, políticas y cultu­rales, en definitiva un nuevo tipo de ciudadano con hábitos, intereses, for­mas de pensar y sentir, presidida por los intercambios a distancia, por la supresión de las barreras temporales y las fronteras espaciales. Cada indivi­duo, a través de la pequeña pantalla puede ponerse en comunicación, recorriendo las famosas autopistas de la información, con los lugares más recónditos, las culturas más exóticas y distantes, las mercancías más extra­ñas, los objetos menos usuales en su medio cercano, las ideas y creaciones intelectuales más diferentes y novedo­sas. Se abre un mundo insospechado de intercambios por la inmediatez en la transmisión de informaciones.Por otra parte, el intercambio cul­tural de ideas, costumbres, hábitos, sentimientos que facilita la red univer­sal de comunicación provoca la relati­vización de las tradiciones locales, con sus instituciones y valores así como el mestizaje físico, moral e intelectual. La riqueza y diversidad de ofertas y plan­teamientos culturales que caracteriza la sociedad postmoderna a la vez que puede liberar al individuo de las impo­siciones locales desemboca, al menos durante un periodo importante de tiempo, en la incertidumbre y la inse­guridad de los ciudadanos, que han perdido sus anclajes tradicionales sin alumbrar por el momento las nuevas pautas de identidad individual y colec­tiva. Las características de la representación audiovisual de la realidad, propia del medio televisivo, apoyada fundamentalmente en estí­mulos visuales y auditivos, fáciles de reconocer y descodificar confieren al medio un sentido de realidad, de obviedad, de inmediatez y de objetivi­dad que induce la asimilación acrílica e irreflexiva de los contenidos.Otro de los efectos importantes que se derivan del medio televisivo para la configuración del conocimiento y las actitudes de los individuos es la proli­feración del uso de estereotipos para traducir la compleja y cambiante reali­dad en categorías simples y maneja­bles.Sin duda alguna todas estas características expuestas llevan a un mundo globalizador y totalizador, dependiente del placer, hedonismo, consumo, en donde el hombre es un mero objeto inserto en un mundo lleno de competencias, en donde lo idealizan de mil maneras, jugando con su inconsciente haciéndoles a hacer cualquier cosa.

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